Mathilda Paz Sigel
3medio
Es pequeña y vieja, de un color negro medio desgastado, sus pequeños botones de color gris y
un poco hundidos por tanto uso, por abajo esta una batería la cual le da vida a los escenarios
que atraviesa su rayado lente y la correa que le cuelga al lado izquierdo con marcas de los
dientes de mi mascota. A pesar de sus pequeños detalles, sigue almacenando las fotografías de
los viajes familiares, de el primer cumpleaños que me celebraron hasta videos de mis primeras
presentaciones del colegio o cuando empece a demostrar mi fuerte atracción hacia la música,
esta pequeña cajita de recuerdos me hace sentir las emociones que nunca nada me hizo sentir,
ya que al verla me ataca la nostalgia porque el hecho de que me este acompañando desde que
nací hasta el día de hoy me inunda el pensamiento que algún día esta dejara de funcionar y a
su vez dejar de ver mi vida a través de un lente.
Entre polvo y olvido la encontré, ya que estuve persistente ante la idea de encontrarla sin
importar las consecuencias, supuse que al encontrarla no serviría y solo la tendría de recuerdo,
pero en el primer intento se prendió, y desde ese momento supe que no vería el mundo con
los mismos ojos, ya que aprendería a apreciar cada detalle del entorno el cual me rodea.
A día de hoy no todos permanecen viendo a su alrededor ni guardando cada momento en un
pequeño lugar, tal como la memoria de la cámara sino que caemos en el mismo mundo
repetitivo e igual. Se dejó de enseñar el arte de salir del cálido hogar para luego sacar la
cámara y deleitarse de manera legítima con el entorno, tanto llego a la relevancia que cada
hogar debía tener una para retratar momentos importantes y sacar la ropa en mejor estado y
arreglarse para la fotografía familiar, poco a poco dejamos de sacar la mejor polera y labial
para estas ocasiones.
Se dejó de dedicarle tiempo a la cámara y la reemplazamos con otros aparatos menos
anticuados, y sin darnos cuenta con este simple reemplazo perdimos la preocupación de
arreglar las cosas para que luego con un click retratemos la dedicación que tuvimos para
obtener dicha fotografía. Personalmente nadie nunca me enseñó que un artefacto viejo y
anticuado pudiera arreglarme el día con la simple acción de prenderla y revisar las imágenes
que esta contiene, ya que en esto veo el amor y la dedicación que tuve al momento de apretar
el botón, veo el rostro de la gente que ha marcado mi vida como si de un trágico accidente se
tratara, veo las sonrisas de la gente que me ha enseñado el amor, logro ver lo importante que
es este artefacto y la influencia que ha tenido en mi desarrollo y lamentablemente no muchos
tendrán la dicha de entender.
*Aetérnum: Palabra utilizada en la expresión latina que significa “para toda la eternidad”.
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