Valentina Cordova Rosas
4TO MEDIO
Mirate al espejo ¿qué ves?
La verdad no me gusta decir lo que literalmente veo, no me parece digno de enunciar; tengo una imagen distorsionada de mi, eso quiere decir que en realidad no me veo como creo que me veo. Terrible. Esto me lleva a una conducta auto saboteadora, donde me convierto en mi peor enemigo, ese que te cuestiona si estas triste, o te hecha para abajo sabiendo que ya lo estás (y a veces mucho), ese que le echa más agua al vaso del que, en múltiples ocasiones, intentas salir.
Ni aunque me mire por el espejo puedo cambiar mi perspectiva. El espejo miente. La mente miente. Me está mintiendo y odio las mentiras.
Pero si me tengo que describir, diría que soy un lienzo sin terminar, una pintura que solo cuenta con su color base, o tal vez solo soy el dibujo, o solo el boceto. A esta altura de mi existir solo tengo 17 años y probablemente toda una vida por delante. Recién estoy aprendiendo y pensando en cómo voy a pintar el lienzo, mis padres solo han trazado el boceto y ahora tengo que darle forma, darle color. Creo que esa es la mejor forma de describirme. Pero al igual que en la pintura, en la vida de las personas existe un inicio, un desarrollo y un final; que pueden ser tan diferentes como iguales. Los humanos evolucionamos constantemente en este trayecto; cambiamos nuestras formas de ser, de pensar y de sentir, pero siempre manteniendo nuestra esencia. Aunque cambiemos, siempre somos nosotros mismos, a veces para mejor o a veces para peor.
Soy el producto de dos mundos tan diferentes como parecidos. Mi papá, Leonel Córdova Damián, 54 años, nacido y criado en Valparaíso, segundo hijo de un matrimonio que no resultó muy bonito que digamos, desde muy pequeño aprendió a ser independiente por su cuenta, lo necesitaba. Artista de tomo y lomo; emprendió viaje en diversas artes durante su época universitaria, como karate, teatro, pintura en óleo, fotografía y hasta un poco de arquitectura. Gracias a esto le llevó 7 años terminar su carrera de 5. Al terminar,en la década de los 90, emprendió viaje aPalena, situado en el sur de la Región de Los Lagos, aquí es donde conoció a mi mamá. Ella se llama Patricia Rosas Saez y vivió toda su niñez entre los alejados pueblos de Palena y Chaitén, hasta los seisaños vivió con sus abuelos y luego con su madre y padrastro. Es la segunda hija entre 4 hermanos muy diferentes. Amante de los perros. Educadora diferencial de profesión y vocación; le encanta ayudar y enseñar a las personas a sacar su mejor versión. En fin, estos dos personajes se unieron bajo la magia del amor y nací yo, en pleno invierno, año 2005 en Concepción, Chile. Mis padres siempre me criaron con todo el cariño que podían darme. Mi mamácreció siendo un dulce de persona y conmigo no iba a ser distinto; desde que estaba embarazada me ponía música, me hablaba y me contaba historias. Mi papá es distinto en su forma de amar; siempre se preocupa de que no me falte nada, que esté sana, que pase un buen rato y que finalmente sea feliz y esté contenta.
Nunca me he encontrado muchas similitudes físicas en relación a mis papás, aunque con el tiempo me he dado cuenta de que los rasgos que he heredado de mi papá son más de los que creí. Soy un poco testaruda, tengo ritos de orden y desorden, puedo ser muy callada o llamar la atención si me siento en confianza, me gusta el arte y la pintura, también la fotografía y los poemas, no soy muy familiar, pero soy hogareña, tengo pocos amigos, pero los que tengo son los que se han mantenido, soy minuciosa y detallista, observadora, me gustan los detalles y la simetría en los espacios, soy un poco explosiva a la hora de sentir, puedo ser inestable y a veces un poco obsesiva, corta de genio y sensible a algunos estímulos. Ambos tuvimos un tiempo de practicar yoga, nos hizo igual de bien; en este ámbito emocional y espiritual ambos necesitamos una herramienta para soltar aquello que nos aqueja, siempre nos guardamos nuestras penas; por mi parte la verdad es que no siempre creo que tenga que nublar a alguien con mis problemas y muchas veces solo les bajo el el perfil e intento esconderlas de mí misma.
Por otra parte, con mi mamá compartimos menos similitudes, siempre bromeamos con que soy ‘’muy Córdova’’. A pesar de eso, ambas tenemos una gran sensibilidad emocional, nos gusta ayudar a los demás, jugar con niños, apreciar la flora y fauna, fantasear con viajes que haremos en un futuro, nos gusta tejer y hacer regalos especiales, crear momentos únicos, donde las risas no pueden faltar, nos gusta llorar; con una película triste o al desahogarnos con la otra (en especial yo), cantamos a todo pulmón en los viajes de auto, nos gusta compartir, nuestro animal favorito son las ballenas; amamos su libertad y grandeza, somos reservadas, leales y buenas compañeras de viaje y de vida. Y aunque tengamos varias similitudes, existe una gran diferencia; mi mamá es fuerte, sabe afrontar los problemas que se le presentan y cuando son muy pequeños los deja pasar, yo no. Soy rencorosa, lo admito, y está muy mal porque finalmente vives con cargas que muchas veces no son tuyas, está mal porque recuerdo todo lo negativo de una persona, pero a mi parecer tambien está bien, por que no dejo que las personas me pasen por encima; cuando sé que alguien es de cierta forma, lo sabré para siempre y eso no me complica.
Si bien mis padres han hecho el boceto de la persona en que me convertiré, yo debo pintar el lienzo. Estoy a pocos meses de cumplir 18 años y ser mayor de edad, estoy a punto de salir del colegio, elegir una carrera para estudiar, una universidad, decidir si me voy o me quedo ¿quien sabe que va a pasar? absolutamente nadie. En poco tiempo mi camino debe ser regido por mí misma, y quiero hacerlo bien, quiero decidir lo correcto y transformarme en una persona con la que yo me sienta satisfecha. Quiero ser libre y sentirme plena, poder disfrutar de las cosas que me traiga la vida, ayudar a las personas que lo necesiten, navegar y explorar mi lado artístico. Quiero alcanzar mi 100%, y para eso necesito tiempo, necesito tiempo para conocerme.
En fin, tengo tantas cosas por descubrir de mi misma.
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